Dentro de mil horas y cuarenta minutos haré que el tiempo se detenga en un suspiro para sorberte con mi aliento contenido.
Dentro de mil horas y cuarenta minutos mirare tu rostro, las manos que me recorren tímidamente, las piernas que me abrazan, el mástil que se hunde.
Dentro de mil horas y cuarenta minutos saltaran chispas de nuestras pieles, llenaremos de aromas y susurros el mundo, jugaremos en las tinieblas como murciélagos, guiándonos por el eco, recorreremos las cavidades, los rincones de la piel hasta quedar rendidos y fundidos en un solo cuerpo.
Dentro de mil horas y cuarenta minutos quiero desfallecer de amarte.
Tareska (C) GDL, MX. 24 de Septiembre de 2004
