Thursday, March 23, 2006

CICATRICES

CICATRICES I

Desde el nacimiento tengo los pies planos, decía mi madre que lo herede de su mamá.
El día que velaban a mi abuela materna tropecé y caí de una escalera. Cuando llegue a los veinte recordé por última vez la muerte y el olor a nardos en la casa grande.


CICATRICES II

La tarde de mi noveno cumpleaños lloré mucho, más por la vergüenza y por el no ver bien, que por el dolor en las rodillas.
Solo recuerdo que tomé impulso, levante las manos intentado no sentir vértigo, fue inútil luchar contra la inercia. Mamá se enojo porque era el segundo par de anteojos que rompía, el tercer vestido que regresaba a casa lleno de tierra.
A mi solo me quedo el miedo al ridículo.


CICATRICES III

“No te rasques, no toques tu cuerpo, mucho menos la cara”. Esas eran las palabras de mamá cuando a los siete tuve varicela, recuerdo perfectamente el picor y las visiones provocadas por la temperatura.
Los regaños de nada sirvieron, esa noche en que volé hacia el sol por primera vez en mi sueño: Me despertó el dolor en la frente, me arranque una costra intentado cubrirme.



CICATRICES IV

Esa tarde estaba distraída, sentía un gran hueco en el estómago, deseaba que mamá estuviera. Decidí subir la escalera para ir a la azotea a tranquilizarme un poco. Había llovido, el último peldaño no soporto el peso de mi cuerpo, la gravedad hizo lo suyo; la noche de bodas él me beso la pierna intentando sanarla.

El remedio de mi madre contra los cólicos menstruales era calentar un pedazo de tela con la plancha y colocarlo en la zona dolorida, decidí cambiar el remedio la noche en que no pude dormir del dolor provocado por la quemadura de la plancha, como entonces, en estos días los cólicos no me dejan dormir.

CICATRICES V

Muchas fueron las advertencias de amigos, familiares y médicos. Era imposible creerlo, a mi no podía pasarme algo así.
Muchas las pócimas, los conjuros, que no funcionaron.
Al final mi cuerpo dio su veredicto: no puedo hacerlo todo, no puedo serlo todo, se canso de soportar el estrés y me llevó a la sala de cirugía.
Sí, se ve tremenda, fea, me marca.
No, no me pesa no haber usado nunca un bikini, tampoco me pesa no haberme puesto un arete en el ombligo.
Lo que sí me pesa es no haber escuchado a mi cuerpo, reclamarme por maltratarlo.
La cicatriz de la vesícula fuera de mi cuerpo me lo recuerda cada día.


CICATRICES VI

Dicen que el corazón es solo un músculo, que es el cerebro que tiene guardados los sentimientos y recuerdos.
Ahí esta mi madre, su sonrisa, su enfermedad, su muerte.
Están las mujeres de mi vida, mis abuelas, mis tías, mis hermanas, mis amigas.
Están los hombres de mi vida, mi padre, mis novios, mis amantes, mis esposos, mis amores platónicos.
Por supuesto, ahí es dónde te encuentras.

CICATRICES VII

Por supuesto, no se ven, pero son las más profundas. Están en mi cuerpo tatuadas para siempre, contando mi historia.
Tania Reyes Díaz. GDL, MX © 12 de Marzo de 2006.

Monday, March 20, 2006

Aullidos

Esta noche invita a convertirse en mujer loba
aullarle a la luna
enviándome mis mejores deseos
los besos que no me di
los abrazos que quiero darme cuando vuelva a estar junto a mi.

Tareska
GDL, MX (C) 12 de marzo de 2006.